Para reírse con muchas ganas, disfrutar de un gran texto y de grandes actores.
Para reírse con muchas ganas, disfrutar de un gran texto y de grandes actores
Un radioteatro para ver, como era entonces, cuando las actrices iban muy bien vestidas porque además de los radioescuchas había público en la sala. Mientras leían la obra de teatro, poco a poco, el público podía olvidarse del aspecto del actor el que muchas veces no reflejaba exactamente al galán o a la damita joven. Ese estado puro que el actor logra aún en su casa hablando con sus amigos, la magia que eleva por sobre el physique du rôle.
Esta obra costumbrista plantea situaciones que aunque parecen perdidas en el tiempo bien podrían tratarse en la revista (esa que todos sabemos), creo que mucho no hemos avanzado en lo referente a la visión egoísta y competitiva.
Esta joya además trae en las voces de grandes actores el sonido de aquellos tiempos cuando se imitaba el hablar del tano o el gallego o el judío. Hace tiempo que el acento cotidiano se viene desdibujando transformando el lenguaje en una especie de neutro extraño. El hijo de un amigo, en Córdoba, en el campo, a los cinco años hablaba de aparcar el carro. La globalización del lenguaje deviene de horas y horas frente a doblajes neutros, sonidos de video juegos y los viajeros del mundo. Esto no es ni malo ni bueno, es la realidad de los tiempos que vivimos y entonces tal vez sea buena porque es el fruto de nuestros sueños, necesidades y disfrutes. Pero es importante también conservar el algún lugar vivo, en seres vivos, en actores esas maneras de decir.
A muchos actores de estos tiempos seguramente se le dificultaría enfrentar una obra nacional de esta envergadura pues hay sonidos que no están ya en nuestra memoria, nos modernizamos, nos conceptualizamos y de verdad logramos cosas maravillosas, pero entre tantos actores debería unos cuantos conservar esa capacidad de decir en primera persona los textos de aquella época sin que suenen faltos de ritmo. En la comedia esto es fundamental, un pequeño desliz en el ritmo o en la expresión hace que se pierda el hilo de seda que mantiene al público en vilo y dispuesto a la carcajada.
Esta obra tiene todo eso y mucho más, una puesta muy interesante, la escenografía de la radio, el vestuario, la música, las locuciones de noticieros y las propagandas de época. Un festival vintage. Además de un elenco brillante y un excelente ritmo de comedia.
Todos los actores están muy bien en su papel. Esto acompañado por una muy buena dirección transforma la obra en un viaje en el tiempo en el cual todos los espectadores comprenden de lo que se habla y disfrutan. El personaje del técnico de sonidos en el estudio (Fabian Orce) además de cumplir su papel muy bien devuelve con gestos o miradas reflejando lo que cualquiera de los espectadores del radioteatro de aquel entonces, seguramente opinarían de los sucesos. Es emocionante disfrutar de las actuaciones de Mercedes Carreras y Osvaldo Brandi. Hugo Dezillio en su doble papel merece un aplauso extra. Del conjunto de “Las Chicas” se destacan Mimí Rodríguez y Sandra Valenzuela. Sebastián Femenía excelente en su papel.
María Inés Senabre
Ficha Completa
Mercedes Carreras como Dorotea
Osvaldo Brandi como Don Esteban
Mimi Rodriguez como Celia
Sandra Valenzuela como Edith
Sebastían Femenía como Ricardo
Graciela Baduán como Elena
Hugo Dezillio como el Relator y Genaro
Natalia Besuzzo como La Criada
Fabian Orce como el Técnico de Sonidos
Maria Ines :Gracias por tu comentario.Desde el escenario,es un placer sentir como el espectador disfruta de la propuesta.
gracias a Norberto Gonzalo y Jorge Paccini por haberme convocado.Gracias a todos mis compañeros por el afecto que me han brindado.-