Es como si estuvieras aquí
escondida
Impregnada colina arriba de mi espalda
Impudica, alada y totalmente de greda
Desatando el huracán de suspiros rojos…
Es como si hubieras quedado en las paredes
De donde cada tanto me asesinas a gritos
Y caminas las estepas de mis sabanas frías
Que aun gritan tu desnudez de miel matutina…
Es como si en cada rincón, ries y lloras la luna
Salgo a la calle y tu cintura de viento me silba
Y tropiezo y corro tras la avenida de tu olvido
Llorando como un niño sin leche ni madre…
Es como si estuvieras tatuada en la gema de la noche
Y derramas tus gotas de zafiro y saliva niña
En el territorio mas huérfano de mi pecho herido
Y caigo como un guerrero, en plena batalla de sueños…
Es como si nunca te hubieras ido, mojada de ausencia
Destrozas los ventanales de mi guitarra de furia
me untas en los labios mordidos, tu nombre de nacar y fuego
Para santiguarme tras el templo de tu sangre fértil…
Es como si te quedaras incrustada entre mis venas
Y bombea mi corazón la plegaria exacta de tu aliento
Como mandarina trepada y robada en la siesta de tus ojos
Que me miraron y desnudaron mi ángel de vino coplero…
Es como si hablara solo y me envuelve el tul de tu cuerpo
Me derrota la madrugada temblando como si tuviera miedo
que te hayas quedado para siempre, dormida en mi cama
y estiro mis manos presuroso y no puedo alcanzarte…
es como si fuera una tormenta de puñales tu lejana piel
y tiritando miro el techo cada noche pensando tu nombre
y me duermo con los ojos abiertos de par en par
como esperando regrese tu beso, alguna madrugada…
duende garnica-(de Oraciones en la Tempestad)