Las obras de Luis Cano tienen algo de pesadilla perfecta de la que parece uno no poder despertar. Son pesadillas de peceras, angustias de terrarios donde las hormigas caminan en un mundo que creen existente. Tal vez un hamster que con sus juguetes no logra apagar el fuego que lo agita, pero no puede dar otro paso.
El Invernadero es una historia así…. como muchas de las obras de Cano sin escape y nos regala una especie de espíritu de la pesadilla, lo dibuja sin nombrarlo y lo captura como en un enjambre. La historia de una familia en la que no se distinguen los fantasmas de los vivos y tal vez no haya discriminación posible.
La puesta es muy buena, tanto como la idea de burlar el espacio escénico dejando que uno de los actores toque música en un piano, fuera de la vista de los espectadores pero con conocimiento de ellos.
La dirección de Alejo Sambán logra darle la impronta justa, no mata la pesadilla, no la decodifica, la deja en el preciso lugar que debería estar, reconocible. Realmente no es poca cosa y no es nada fácil.
Las actuaciones son geniales, perfectas… Es un placer ver esos personajes 
tan claros, tan bien dibujados y trabajados. Hay algo agregado al estilo básico de estas obras , esto es la actuación de Enrique Dumont en el personaje de «el hijo», su forma de generar empatía con el público, dulcifica e ilumina el texto tan duro. Sorprende un poco porque, en general, en esas obras si se habla al público es casi desde dentro de esa enorme pecera, y no se busca calidez ni empatía, necesitan entonces de un perfecto mecanismo y unas actuaciones muy buenas para trasmitir las sensaciones y los planteos, para dejar espectador infundido de ese espíritu. En esta puesta mágicamente tenemos las dos cosas, la locura intelectual y el contacto emocional.
Muy bien utilizado el espacio con una escenografía muy buena y un planteo de la escena que logra, de lo casi abstracto, un encuadre de mucha claridad.
María Inés Senabre
EL INVERNADERO de Luis Cano Dirección: Alejo Sambán
Actúan: Analía Sánchez, Enrique Dumont y Federico Marrale
Una madre omnipresente y un padre ausente que vuelve de cuando en cuando vestido de domingo. Un hijo que naufraga entre la pena y la bronca.
El asco de mi madre y la amargura de mi padre. ¿Cuánto tiempo hace que repetimos este momento? Esto que empezó y siguió pasando. Porque insistimos…
Música original y piano en vivo: Federico Marrale
Dirección de arte: Constanza Balsategui Diseño de luces: Patricio Barbaresi
Producción: Karina Sotelo Dirección: Alejo Sambán
Funciones: sábados a las 20 hs. Duración: 60 minutos.
NO AVESTRUZ
Humboldt 1857, 4777-6956, Palermo.
Reservas: reservas@noavestruz.com.ar
Espectaculos Alamod 
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