YO MATE A PAPA NOEL – abril 2011
Muy buena.Una comedia muy divertida sobre el momento en el que dejamos atrás la infancia. Dos jóvenes soldados en una hipotética y ridícula situación bélica, defendiendo una posición militar terrestre en una guerra con una superpotencia Ambos están llenos de miedo pero lo manejan desde lugares diferentes. Estos soldaditos en un bunker con un radio que no funciona y escasas noticias del exterior generan una relación parecida a la que tendrían hermanos en problemas.
Realmente las actuaciones son muy buenas y la obra se desarrolla acumulando chistes y gags muy divertidos. Un duo tipo “Laurel y Hardy” o “Bud Abbott y Lou Costello” bastante inocentón pero muy gracioso en el cual el débil, se reconoce infantil hablando de sus miedos, las relaciones filiales, los odios o amores con los padres y el fuerte no es tan fuerte como parece pues necesita valerse del otro para sentirse poderoso
En ese universo que es el bunker hay quien se apura quizá demasiado para ajustarse a las normas que se supone lo hacen adulto y quien quiere reeditar su infancia, hablando de ella, generando una relación familiar con el compañero. Ambos necesitan la relación con el otro y buscan a su manera mantenerla, uno con mentiras inocentes y el otro con mentiras sobre sus sentimientos. Pero la vida se les viene encima: en este caso un gordo Papá Noel -o casi – que les pide ayuda, y les trae una nueva visión de la realidad. Los sueños de triunfo se desvanecen pero todos necesitamos una mentira para seguir adelante.
Leyendo las palabras del joven autor se lo adivina preocupado por la estupidez del mundo en el que debe insertarse y desea gritar para que todos despierten. Abandonar el Bunker significará descubrir que algo se ha perdido o. tal vez nunca existió de la manera que lo ha soñado. Para abandonar el bunker hace falta el valor para dejar las estructuras que nos albergaron durante los primeros años. Yo creo que el futuro de Gonzalo Senestrari será el de un muy buen dramaturgo si se aventura valerosamente en un camino de libertad creativa, tiene la información, la capacidad y el talento necesarios.
María Inés Senabre
TEATRO LA TERTULIA Gallo 826 – Buenos Aires – 6327-0303
ESTRENO SABADO 19 DE MARZO 2001 – 21.00 hs.
Padre e hijo, Alejo Beccar como director y Gonzalo Senestrari como autor y actor, realizan juntos
“YO MATE A PAPA NOEL” de Gonzalo Senestrari
Elenco
Jerónimo Freixas (Rubén)
Gonzalo Senestrari (Santiago)
Nicolás Albamonte (Noel)
Dramaturgia: Gonzalo Senestrari
Vestuario y Escenografía: Sol Contreras García
Fotografía: Ignacio Lunadei
Diseño de luces: Alejo Beccar
Prensa: Daniel Falcone
Asistentes de dirección: Rocio Orlandino – Romina Almirón
Dirección: Alejo Beccar
Dice Gonzalo Senestrari – ¿Por qué escribí esta obra?
Básicamente por el hecho de creer que al parecer la gente se está volviendo más y más idiota cada día.
Divido a la gente en dos grupos, los que están adentro, y los que están afuera.
Los que están adentro de alguna manera se acostumbraron a una forma de vida que plantea este mundo,
el cual, para ser parte de una sociedad, te exige seguir ciertas normas que sólo logran que el ser humano pierda de a poco la capacidad de preocuparse por lo que, al fin y al cabo, es lo más importante: las personas.
William James, quien estudiaba la conducta humana, tenía la teoría de que una persona tarda 21 días en acostumbrarse a algo, en hacerlo rutina, yo hace 21 años que no me acostumbro a este mundo.
Siento que estoy afuera, y aunque de tanto en tanto entro a visitar adentro, no está bueno lo que encuentro ahí.
Por eso cuando escribo una historia, intento provocar a la gente.
En esta obra muestro una situación irracional dentro de este mundo: el estado de guerra.
Situé la obra en un búnker alejado de todo, dentro hay dos soldados muy distintos entre sí, que sólo se tienen el uno al otro, que pelean en una guerra sin siquiera conocer la causa por la cual empezó, donde lo único seguro que tienen es el saber que pueden morir en cualquier momento. Por eso elijo el humor, el sarcasmo, la ironía, de otra manera las historias que cuento serían realmente insoportables para el espectador. Intento no olvidarme de lo que yo creo es uno de los principales objetivos de las artes: entretener; pero, sin dejar de lado, claro, que está bueno que la gente se quede reflexionando sobre el absurdo de la condición humana.
El año pasado debuté como dramaturgo y director con mi opera prima, “Los Fracasados”, estuvimos una temporada en La Tertulia, e hicimos otra temporada en La Casona del Teatro, con muy buena repercusión tanto del público como de la crítica. La idea es reestrenarla nuevamente en la segunda mitad de este año.